Una de las maneras más difundidas para frenar el aumento de la grasa corporal (y comenzar a quemar las reservas existentes) es reducir, o directamente eliminar, el consumo de hidratos de carbono. Mínimo se requiere un período de 3 a 4 semanas, durante el cual resulta particularmente importante el consumo de proteínas magras como el pollo (a la parrilla o asado, sin piel), pescado (asado o hervido, no frito) y huevos (tampoco fritos).
En esta reducción de carbohidratos deben incluirse también todo producto elaborado a partir de harinas blancas (pastas, pan, galletas, postres) o que presente alto contenido de almidón (arroz blanco, patatas, etc.).
Los carbohidratos no sólo están en los productos anteriormente citados, ya que frutas, verduras, también contienen hidratos de carbono aunque con poco aporte energético. Legumbres y frutos secos los poseen también, pero con mayor aporte calórico.
Beber abundante agua es también un factor imprescindible entre los hábitos de quienes quieren quemar grasas rápidamente. La ingesta de un mínimo de dos litros diarios asegura una buena hidratación de la piel y una adecuada eliminación de toxinas.
No debemos olvidar tampoco que el ejercicio físico es prácticamente la clave de una buena reducciónde grasas en el cuerpo. De nada sirve emprender una dieta exigente y vigilar estrictamente el peso corporal cada día si no se moviliza el cuerpo para que éste comience a quemar grasas y obtener así energía a partir de los tejidos adiposos acumulados.
Es muy importante trabajar sobre el corazón y el sistema circulatorio practicando ejercicios aeróbicos. En este campo, los más recomendados son correr y andar en bicicleta, aunque otras alternativas entretenidas pueden ser la natación o el senderismo. Esta clase de actividad física mejora la resistencia trabajando a intensidades medio-bajas (regulares) durante períodos de tiempo prolongados (30 a 60 minutos). Algunos especialistas del acondicionamiento físico sugieren también agregar a esto una rutina anaeróbica (puede incluir abdominales, sentadillas, estocadas, flexiones, pesas), puesto que una masa muscular más desarrollada acelera el consumo de las grasas.
Finalmente, otro punto poco revisado por quiénes enfrentan la necesidad de reducir su peso y quemar grasa, es el descanso. Cuando se duerme poco o se duerme mal, el organismo se ve obligado a reducir su velocidad de funcionamiento para no perjudicarse. Un buen descanso es también una variedad de entrenamiento y una saludable manera de mantenerse en forma.