La artritis reumatoide y la artrosis son dos de las principales y más comunes afecciones del sistema óseo en seres humanos. Predisposición genética, alimentación deficiente en nutrientes esenciales, hábitos de vida sedentarios, entre otros, pueden ser los factores desencadenantes de estos procesos inflamatorios o degenerativos de las articulaciones que, en diferentes grados, llegan a producir desde molestias leves hasta la inmovilidad total de la persona.
En el caso de la artritis, una patología inflamatoria cuyo avance puede destruir huesos y cartílagos, al igual que la artrosis, una enfermedad degenerativa crónica, el consumo de cartílago de tiburón ha demostrado ser eficaz ofreciendo una rápida desinflamación articular, calmando notablemente los dolores y molestias asociados a estas patologías, e inhibiendo el crecimiento de nuevas redes de vasos sanguíneos que acaban por invadir el interior de los cartílagos hasta su total destrucción.
Tanto en éstas como otras enfermedades óseas, el sistema inmunológico juega un papel importante en los procesos inflamatorios, por lo que el consumo regular de cartílago de tiburón tiene un efecto concreto sobre la estimulación de la respuesta inmune mejorando la movilidad articular y por consiguiente, la calidad de vida de los pacientes.
El cartílago de tiburón también ha sido reconocido como eficaz en el tratamiento de la psoriasis, alergias graves e irritaciones dérmicas. Las propiedades anti-inflamatorias del cartílago de tiburón han sido decisivas para observar una notable mejoría en este tipo de afecciones de la piel y se realizan estudios sobre la efectividad de su aplicación tópica (en el lugar de la lesión o inflamación) en forma de crema o gel.
Estudios realizados en diferentes países demuestran que el cartílago de tiburón ofrece una reducción del dolor de hasta un 70% en casos de lesiones articulares severas, y esto se complementa con el hecho de que no se conocen interacciones con otras terapias o medicamentos, así como tampoco efectos secundarios de relevancia, convirtiéndolo en una opción segura para su administración.
Es importante señalar que no deben consumir cartílago de tiburón las mujeres embarazadas, las personas que han sido operadas o que estén prontas a operarse, quienes han sufrido lesiones o heridas, ni los niños menores de 12, pues en estos casos la formación de nuevos vasos capilares, necesarios en estos casos, se vería obstaculizada por la presencia de los efectos anti-angiogénicos del cartílago de tiburón.
El cartílago de tiburón se obtiene de manera natural y se consume en forma de polvo, cápsulas o líquido, aportando una gran cantidad de proteínas al organismo, fósforo, calcio y otros nutrientes que resultan indispensables para la salud integral, la prevención de enfermedades de variada naturaleza y el saludable desarrollo de los procesos vitales.