Tal vez el uso excesivo del término «colesterol» ha dado lugar a diversos mitos sobre esta sustancia que todos mencionamos pero que pocos conocen en realidad. Contrariamente a lo que se supone, el colesterol es producido por el propio organismo en niveles regulares y que contribuye a la salud integral de todo ser humano, pues resulta de vital importancia para la producción de membranas celulares y ciertas hormonas, entre otras importantes funciones.
Pero a pesar de que naturalmente nuestro cuerpo produce colesterol, también lo ingerimos a través de los alimentos que consumimos a diario, en especial las carnes rojas. De allí que resulte importante mantener controlados los niveles de colesterol en la sangre a fin de evitar el exceso pues podría resultar perjudicial para la salud.
El colesterol es una sustancia cerosa de color amarillento e insoluble en la sangre. Debido a estas características la única manera de que llegue hasta las células es uniéndose a una lipoproteína. Existen dos tipos de lipoproteínas capaces de realizar este transporte: la lipoproteína de baja densidad (LDLcolesterol malo) y la de alta densidad (HDL ó colesterol bueno). ó
Está comprobado que el colesterol LDL (ó malo) tiene la capacidad de acumularse lentamente en el interior de las arterias, formando placas superpuestas que en caso de no atenderse a tiempo pueden provocar una obstrucción arterial con serias consecuencias, e incluso producir la muerte por un accidente cardiovascular.
Las dietas ricas en grasas saturadas, carnes rojas y aceites, aumentan el nivel de colesterol en el organismo con los consiguientes riesgos para la vida. Es importante señalar que también existen factores genéticos que hacen que nuestro organismo produzca colesterol en exceso, pero no es lo más frecuente. Es recomendable que los niveles saludables de colesterol LDL no superen los 110mg/dL puesto que se multiplican las posibilidades de padecer alguna afección cardíaca, ateroesclerosis e incluso episodios graves de tipo cardiovascular.
Una alimentación saludable, buenos programas de ejercicio físico, abandonar hábitos como el cigarrillo y el alcohol que quitan flexibilidad a las arterias y en consecuencia favorecen la acumulación de colesterol malo, y un buen descanso, son fundamentales para mantener una salud arterial óptima.
Existen en el mercado de la nutrición, suplementos y productos de libre comercialización que favorecen la reducción de colesterol LDL en las arterias, una opción saludable para mejorar las posibilidades de vivir más tiempo y mejor.