La arginina es un aminoácido esencial descubierto por el químico suizo Ernst Schulze en el año 1886. Schulze fue el primero en aislarla a partir del extracto de semillas de lupino. Una vez publicado el descubrimiento y conocido su papel de precursora de la creatina, se le atribuyeron falsas propiedades relacionadas a la conversión de proteínas epidérmicas en tejido muscular, motivando el lanzamiento y la fabricación masiva de “milagrosas” cremas.
El paso del tiempo desmintió estos y otros supuestos beneficios, pero reveló su capacidad para estimular el desarrollo del sistema inmunológico, mejorando la producción de leucocitos y fortaleciendo las defensas del organismo.
La ingesta de suplementos con arginina contribuye notablemente a la reducción de los niveles de colesterol y favorece la circulación de sangre por sus propiedades vasodilatadoras. Muchos sexólogos y especialistas en sexualidad han comenzado a implementar suplementos de arginina entre los tratamientos para contrarrestar las disfunciones eréctiles. Además, se ha comprobado la capacidad de la arginina de aumentar el flujo promedio de esperma, mejorando el síntoma de esperma insuficiente, común en hombres con problemas de fertilidad.
Su participación en el “ciclo de la urea” acelera la eliminación del amoníaco alojado en los músculos tras el ejercicio, lo que aumenta la resistencia física y mejora los tiempos de recuperación. Esta propiedad le hace muy apreciada dentro del ámbito deportivo, donde los preparadores físicos suelen administrarla con el objetivo de potenciar determinadas secciones del entrenamiento durante períodos puntuales y bastante cortos.
Utilizando arginina es posible estimular la hormona de crecimiento (llamada también somatotropina o STH) y la generación de óxido nítrico. Muchos deportistas directamente han reemplazado el uso de dicho óxido por suplementos de arginina, ya que ésta es el elemento precursor y no conlleva las molestas contraindicaciones de consumir óxido nítrico puro.
Otra proteína que utiliza arginina para sintetizarse es el colágeno, responsable de dar firmeza a la piel y resistencia ante los agentes externos. Una gran variedad de cremas disponibles en el mercado utilizan arginina para sus fórmulas, estimulando mediante el uso tópico la producción de colágeno y el mejoramiento de la piel.
Finalmente, muchos culturistas han experimentado resultados similares a los que ofrece el consumo de carnitina, buscando mejorar el uso de grasas como energía combustible para los músculos y reduciendo así los niveles de adiposidad localizada en el cuerpo.