La prímula es una flor originaria de América del Norte, utilizada principalmente por los nativos de esa zona en forma de infusión al agua caliente para la curación de heridas, tratamiento de inflamaciones varias, depuración de la piel y solución de afecciones respiratorias como el asma. De esta otrora planta sagrada para los chamanes de Norteamérica se extrae el aceite de onagra, un líquido sumamente beneficioso en diferentes formas para la salud humana, sobre todo si se lo obtiene a partir de una sola prensa en frío de las semillas de prímula. Su uso está muy extendido en varios campos de la medicina.
Su aporte de dos ácidos grasos esenciales (ácido linoleico y ácido gamma-linolénico) contribuye a mejorar de forma notable los niveles de colesterol y triglicéridos, la estabilidad de la temperatura corporal, la metabolización de alimentos, el nivel de grasa producido por la piel, la calidad estructural de muchos tipos de células y la fabricación de prostaglandinas. También actúa intensificando los efectos de la insulina en los diabéticos, potenciando tratamientos de esta clase notablemente.
En otro orden, es muy útil para contrarrestar los efectos de enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide, aliviando notablemente el padecimiento de personas con esta clase de afecciones. Estas propiedades también favorecen la vasodilatación, de forma que en patologías cardiovasculares es muy efectiva para disminuir los cuadros de hipertensión y los trastornos vasculares.
Por otro lado, es un inhibidor natural en la formación de coágulos y trombos, por lo que sirve para prevenir los problemas de la esclerosis múltiple y la trombosis. Estimula de forma notable las terminales nerviosas, estabiliza los ciclos y las características de los impulsos nerviosos y es particularmente efectivo contra el agregado de plaquetas.
Funciona como estimulante del sistema inmunológico, por lo que su ingesta regular durante épocas invernales es un método efectivo contra la contracción de resfríos, afecciones respiratorias y enfermedades pulmonares, casi siempre ocasionadas por condiciones climatológicas adversas que restan capacidad al sistema de auto-defensa del cuerpo humano.
Finalmente, es importante resaltar sus capacidades contra las enfermedades de la piel como el acné, los problemas del cabello (caída prematura o desmedida, caspa) y los síntomas más duros del ciclo menstrual y su etapa previa, como el dolor de ovarios por inflamación, la molestia en glándulas mamarias, la retención de líquidos, el ánimo inestable/irascible y/o la fatiga física excesiva.