Las proteínas constituyen los macro-nutrientes más abundantes del organismo. Forman parte de todas las células, resultan indispensables para la gran mayoría de los procesos biológicos en la fisiología de los seres humanos y la leche es en este sentido uno de los alimentos más ricos en proteínas completas.
Para obtener proteínas, es necesario acudir a fuentes externas de distintos tipos, las que pueden ser de origen vegetal o animal. La leche pertenece a este segundo grupo, y considerada como un alimento de gran valor nutricional por la cantidad y calidad de las proteínas, vitaminas, minerales y otros nutrientes, que aporta en el marco de una alimentación sana.
A las proteínas de la leche podemos agruparlas en caseínas (alfa, alfa-s1-caseína, alfa-s2-caseína, beta-caseína, gamma-caseína), proteínas del suero (beta-lactoalbúmina, beta-lactoglobulina, albúminas del suero de leche, inmunoglobulinas, etc.) y proteínas de las membranas de los glóbulos grasos.
Las caseínas constituyen un mayoritario 80% del total de proteínas que contiene la leche, mientras que el 20% restante lo forman las beta-lactoglobulinas (10% del total), alfa-lactoalbúminas (2%) y, en menor cantidad, otras proteínas como las inmunoglobulinas, enzimas, etc.
Los valiosos nutrientes que aporta la leche son indispensables para un desarrollo orgánico equilibrado y saludable y además de su importante carga proteica, es también muy importante el aporte de agua (88%), grasas y azúcares que son transformados por el cuerpo en energía, minerales como el calcio y el fósforo, y una notable cantidad de vitaminas del grupo B, A, C y ácido pantoténico, entre otros.
Es importante señalar que los porcentajes de nutrientes esenciales de la leche varían en cantidad y calidad según se trate de leche materna, leche de vaca o de cabra. La leche materna además de las propiedades indicadas contiene compuestos nitrogenados que son específicos y vitales para el fortalecimiento del sistema inmunológico del recién nacido, por lo que se reivindica a la lactancia materna como un período de crucial importancia durante el primer año de vida de un niño.
Modernos procesos tecnológicos permiten en la actualidad obtener los máximos beneficios de las propiedades específicas de la leche de vaca o cabra. Su homogeneización, pasteurización, reducción de grasas, enriquecimiento en calcio, y otros sistemas disponibles en las leches comerciales para consumo humano, hacen que este alimento constituya una fuente importante de nutrición.