Ajenjo

El ajenjo es tal vez la planta medicinal más antigua que se conoce. Sus efectos sobre la salud han sido comprobados durante siglos, y tiene bien merecida la fama de ser uno de los tesoros de la fitoterapia a lo largo de la historia.

Es conveniente advertir que la alta concentración de aceite de ajenjo presente en esta planta, es sumamente beneficioso para revertir ciertas patologías del organismo cuando se administra en pequeñas y seguras dosis. Por el contrario, cuando se consume en gran cantidad puede ser altamente perjudicial e incluso provocar irreversibles trastornos a nivel cerebral. El ajenjo es extraordinariamente eficaz, pero altamente peligroso si se abusa de él.

Una cucharadita (del tamaño de la cuchara de té) de hojas de ajenjo secas y trituradas, es suficiente para la preparación de una infusión de eficacia comprobada en casos de diarreas, dolor de muelas y garganta, jaqueca, entre otras afecciones comunes.

Los poderosos principios antisépticos del ajenjo también son muy apreciados para el tratamiento de heridas, depuración de la sangre, resacas y purificación de los pulmones (se recomienda especialmente una cura de ajenjo una vez al año para las personas fumadoras).

También el ajenjo es eficaz en la normalización de los períodos menstruales, estimulador del apetito, descongestivo hepático, vermífugo y suele ser componente habitual en licores como el popular vermouth y la absenta. También es utilizado para la elaboración de gotas digestivas que se comercializan en farmacias y tiendas especializadas.

La artemisia absinthium, tal su nombre fitoterápico, fue catalogado como un poderoso alucinógeno hacia finales del Siglo XIX, por lo que llegó a prohibirse su utilización en brebajes y medicamentos. Oscar Wilde, con su conocida ironía, llegó a escribir: “Después del primer vaso de ajenjo, uno ve las cosas como quisiera que fuesen, luego del segundo, ve cosas que no existen; tras el tercer vaso, uno ve las cosas como son realmente, y esto es lo más trágico que puede ocurrir.”

A tal punto han sido reconocidas las propiedadescurativas del ajenjo que en la antigüedad se le llamaba «la madre de todas las plantas«, sin embargo su intenso sabor amargo ha ocasionado que niños y grandes se rehúsen a beber el té de esta planta. Pero siempre podrá añadírsele miel o unas gotas de limón para atenuar su poco agradable sabor y beneficiarse al máximo de una de las plantas medicinales más apreciadas de todos los tiempos

Manzanilla

La manzanilla o camomila es una planta cuyas propiedades medicinales son conocidas desde hace miles de años. Ya los egipcios la utilizaban en sus bálsamos curativos y en rituales purificadores puesto que era una planta consagrada al sol, por la forma característica de su flor. Los griegos por su parte, también brindaron a la manzanilla un lugar preferencial entre las hierbas beneficiosas para la salud. Esta tradición no ha sido en vano, pues posteriores estudios científicos han confirmado su alto valor medicinal en diferentes aplicaciones.

De la familia de las herbáceas, esta planta medicinal de intenso y agradable aroma, alcanza hasta los 60cm de altura y sus flores amarillas son, junto con el tallo, la raíz y las hojas, también muy apreciadas en la preparación de fitoterápicos para el tratamiento de diferentes afecciones.

Las formas más conocidas de preparación son en infusión y aceite. Este último se extrae mediante un proceso de destilación de flores secas, y es altamente valorado porque contiene azuleno, una sustancia de poderosos efectos antiinflamatorios, que aunque no es parte esencial de la planta, surge durante el proceso de destilación debido a diversas combinaciones químicas.

Su nombre científico es matricaria (del latín matrix, útero), y esto es debido a que una de sus propiedades más conocidas en la antigüedad era la de efectivo relajante y antiálgico (disminuye el dolor) en el caso de molestias femeninas durante la menstruación. También se utiliza como calmante del sistema nervioso y un eficaz digestivo.

Algunas de las aplicaciones actuales tanto de las infusiones como del aceite esencial de manzanilla, se pueden mencionar las jaquecas, trastornos de la menstruación, desequilibrios gastrointestinales, regeneradora de tejidos en casos de quemaduras y heridas, psoriasis, alergias, insomnio, fobias y ataques de pánico, dolores corporales en general. Es muy importante saber que el aceite de manzanilla no debe utilizarse durante el embarazo pues estimula la actividad uterina y podría ocasionar aborto.

La industria farmacológica y estética han sabido aprovechar al máximo los beneficios de la manzanilla y hoy es posible encontrarla presente en cremas para manos y cuerpo, sales de baño, leches y emulsiones faciales, lociones y antisépticos, etc.

Una maravillosa planta medicinal que nuestros antepasados llamaban «el médico de las plantas«, pues está comprobado que una planta de manzanilla es capaz de «curar» a otras especies vegetales que se encuentran a su alrededor.

 

Echinacea

Durante muchos años fue conocida por su efectividad en el tratamiento de resfriados y gripes, pero su popularidad comenzó a decaer cuando la industria farmacológica comenzó a comercializar antibióticos. La echinacea perdió entonces su protagonismo hasta que en los años 30 resurgieron los estudios sobre sus propiedades en Alemania. Desde entonces los sucesivos descubrimientos sobre sus efectos benéficos en la salud le han devuelto un lugar de protagonismo indiscutible dentro de la fitoterapia moderna.

Existen numerosas variedades de echinacea, siendo la de mayor cantidad de propiedades la que se conoce como echinacea purpúrea. Esta planta medicinal, de características flores de color púrpura intenso, contiene entre sus principios activos ésteres del ácido cafeico, antocianósidos, ácidos grasos, fitosteroles, isobutilamidas y polisacáridos.

Los estudios científicos llevados a cabo en torno a la echinacea han demostrado su eficacia en el tratamiento de catarros y resfriados, especialmente si se suministra durante el primer día de la enfermedad, alcanzando sorprendentes niveles de reducción de los síntomas de hasta un 60%. Aunque las conclusiones no son unánimes se cree que la echinacea es un estimulador del sistemainmunológico y un eficaz desintoxicante hepático.

En los últimos años su fama ha sido mayor por cuanto se han estudiado sus efectos en personas con enfermedades como HIV o hepatitis. Si bien los resultados preliminares son alentadores, siempre será necesario consultar con un profesional idóneo antes de iniciar este tipo de terapias complementarias, pues podrían producirse indeseables interacciones con otros medicamentos.

La echinacea se ingiere en infusión, extractos, polvo y jarabe, y también está presente en cremas y geles de uso tópico. Entre las afecciones más comunes que pueden tratarse con dosis variables de echinacea en distintas presentaciones están las infecciones, gripe, bronquitis, gingivitis, úlceras y aftas, síndrome de Chron (enfermedad gastrointestinal crónica), vaginitis, micosis, etc.

Los expertos recomiendan que las personas que consumen altas dosis de cafeína o fuman, los alérgicos, embarazadas y niños en general, no deben consumir echinacea en ninguna de sus formas, pues se han comprobado algunos efectos secundarios que van desde diarreas hasta alergias graves. Sus grandes cualidades terapéuticas, como en todos los casos de plantas medicinales, requieren la supervisión de un profesional de la salud capacitado para su recomendación y administración.

 

La fitoterapia

Desde tiempos inmemoriales el hombre aprendió a acudir a la naturaleza para obtener de ella todo lo necesario para vivir. Y pronto supo que hallaría en las plantas no sólo el alimento que le permitía crecer y subsistir, sino también la manera de recuperar el equilibrio perdido de su salud cuando alguna enfermedad se manifestaba en su organismo.

Son conocidas las tradiciones de civilizaciones tan antiguas como Babilonia, Egipto y Grecia en materia de curación con plantas. Sus procedimientos se prolongaron en el tiempo y hoy podemos aprovechar gran parte de esa ancestral sabiduría para el desarrollo de métodos naturales para prevenir y revertir ciertos procesos patológicos.

Lo que hoy llamamos fitoteraria, es la ciencia que utiliza a las plantas para reforzar las defensas del organismo y tratar múltiples afecciones del ser humano. El espíritu esencial de la fitoterapia es la predilección por la utilización de toda la planta, en lugar de hacerlo con sus partes por separado. De este modo, asegura, son más integrales los resultados.

Modernas técnicas farmacológicas nos permiten contar en la actualidad con una amplia variedad de componentes fitoterapéuticos en distintas presentaciones: hierbas secas trituradas con las que se preparan infusiones, tinturas madre, cremas, aceites, flores, etc. Todas igualmente eficaces.

Entre las ventajas más apreciadas de la fitoterapia se encuentra el hecho de que no produce efectos secundarios de relevancia. La ingesta moderada de sustancias naturales no sólo permite que las afecciones se reviertan paulatinamente sino que además no agrede al organismo con los compuestos químicos que emplea la medicina tradicional.

El poder curativo de las plantas está ampliamente comprobado, y a diferencia de los tratamientos alopáticos, la fitoterapia permite anticiparse a los desequilibrios en la salud, previniéndolos y en caso de manifestarse, actúa con constancia y eficiencia sobre la base del problema, logrando un alto porcentaje de éxito en la mayoría de los casos.

Una de las características de los tratamientos fitoterapéuticos es que producen además lo que se conoce como homeostasis, es decir la adaptación progresiva al entorno, lo que se traduce en un mayor balance entre vitalidad y bienestar.

En los últimos años se ha evidenciado un marcado retorno hacia este tipo de terapias naturales, que lejos de reemplazar a la consulta médica o a la medicación convencional, impulsa una visión de salud más integral, en concordancia con la naturaleza y sus múltiples beneficios.

Fitoterapia para adelgazar

 

Quien se haya propuesto alguna vez bajar de peso sabe que no es tan sencillo. Adelgazar es una tarea que requiere tomar conciencia de la importancia que reviste un peso adecuado sobre la salud, una firme decisión, compromiso y por sobre todas las cosas, fuerza de voluntad. La gran mayoría de las dietas que fracasan encuentran los motivos en la falta de adhesión al programa y la frustración que representa no poder comer todo lo que deseamos.

Es por esto que un paso crucial antes de comenzar cualquier programa nutricional para reducir el peso es la modificación de esos patrones psicológicos que cargamos desde niños en torno a la alimentación. Un cambio decisivo que debe darse si queremos que una dieta para adelgazar sea tan eficiente como esperamos.

En este aspecto la fitoterapia puede ocupar un lugar importante. Una encuesta realizada recientemente en España indica que seis de cada diez personas que se proponen bajar de peso, desearían que su médico les indicara métodos naturales para lograrlo, sin esfuerzo y sin peligrosos componentes químicos que podrían ser perjudiciales para el organismo.

Y la fitoterapia posee contundentes y muy antiguos resultados demostrados desde su utilización, si se refiere a bajar de peso. Una serie de plantas procesadas convenientemente en hierbas trituradas, comprimidos o gotas, poseen todas las cualidades necesarias para hacer que el organismo comience a quemar grasas, redefinir la masa muscular y, en definitiva, adelgazar, de manera saludable.

Entre las principales plantas, cuyos principios activos son ampliamente aprovechados por la moderna industria fitoterapeútica para incluirlos entre los más efectivos reductores de peso, se encuentran: la alcachofa, alfalfa, camilina, curry, fasolina, fucus, guaraná, karaya, naranja amarga, piña y papaya, entre otras.

Las distintas presentaciones de fitoterápicos pueden adquirirse en farmacias, herbolarios o tiendas especialmente dedicadas a la comercialización de productos naturales para deportistas. Es muy importante contar con la opinión autorizada de un profesional a fin de identificar claramente las necesidades puntuales de cada individuo.

Preparadas en infusiones o decocciones, las plantas son una excelente opción para bajar de peso naturalmente, lentamente y sin desagradables efectos secundarios. La fitoterapia ha demostrado ser aliada irreemplazable en el competitivo mundo de los tratamientos naturales para adelgazar, pero no deben esperarse resultados mágicos o inmediatos. Como toda pauta de adelgazamiento requiere tiempo y constancia, aunque con el efecto reductor de las plantas será más satisfactorio.