Se denominan fitofármacos a aquellos compuestos derivados de plantas medicinales con fines terapéuticos. Dependiendo de los procesos de extracción empleados, las formas de administración y otros factores, los fitofármacos pueden hallarse disponibles en diferentes presentaciones que van desde las plantas secadas y trituradas hasta cápsulas, píldoras o aceites.
Entre las formas más comunes de presentación de los fitofármacos se pueden mencionar: droga fresca (la planta recién recolectada), droga seca, pulpa, polvo, zumo, infusión, decocción, tintura, extracto, aceite, suspensión, emulsión, jarabe, tisana, poción, elixir, píldora, granulado, cápsulas, inyectables, sales, loción, cremas, colutorios, colirios, gotas, etc.
A pesar de la aceptación que ha recuperado la fitoterapia en el mundo de la medicina preventiva, aún existen marcadas controversias entre esta ciencia que recoge antiguos conocimientos vinculados a los principios activos de las plantas medicinales y las ciencias médicas y farmacológicas convencionales.
Sin embargo existen fundamentos científicos detrás de cada aplicación fitoterapéutica que no pueden ser ignorados. Las plantas contienen principios químicos que son el resultado del proceso natural del desarrollo de cada especie; estos componentes pueden ser extraídos por diferentes medios; su aplicación al organismo restablece el equilibrio celular perdido y previene ciertas enfermedades o revierten procesos patológicos de diversa índole.
Entre las principales ventajas de la fitoterapia debemos señalar que posibilita tratamientos menos agresivos en los pacientes, es una excelente opción para los casos en que los medicamentos alopáticos no pueden aplicarse o como complemento a estos, sus resultados están comprobados por serios estudios en centros médicos de prestigio internacional.
Si es oportuno señalar alguna desventaja podríamos decir que los tratamientos de fitoterapia requieren una extrema vigilancia ante las características potencialmente tóxicas de algunas plantas; no siempre se encuentran los recursos botánicos a la mano del paciente; la dosificación debe ser exacta, algo que en ocasiones resulta dificultoso, etc.
Muchas personas confunden fitoterapia o tratamientos con plantas medicinales con improvisación o superchería. Pero estos prejuicios deben ser desterrados puesto que las plantas y sus múltiples beneficios son una realidad insoslayable cuyos resultados han sido largamente estudiados. La naturaleza, en su infinita sabiduría, nos ofrece una forma saludable de mejorar nuestra calidad de vida de manera natural y confiable.