Las propiedades antioxidantes y rejuvenecedoras de la vitamina C son conocidas desde hace muchísimo tiempo. Más exactamente desde 1928 en que sus propiedades fueron confirmadas por estudios científicos y desde entonces se convirtió en una de las principales aliadas en la regeneración de tejidos y la prevención de numerosas enfermedades.
A tal punto la vitamina C es fundamental para una vida sana que estudios realizados por el premio Nobel Linus Pauling, establecieron que las personas que ingerían dosis de ácido ascórbico diarias mayores a los 300mg, podían extender su expectativa de vida entre 12 y 18 años.
Aunque una dosis razonable de vitamina C (o ácido ascórbico) se obtiene de la ingesta de alimentos que la contienen (kiwi, cítricos en general, etc.), algunos de sus beneficios sólo pueden aprovecharse mediante su aplicación directa, por ejemplo en la piel. Debido a su inestabilidad química en contacto con el agua o el aire, la producción de vitamina C pura no ha sido posible sino hasta que la ciencia lograra controlar estas características inherentes a su composición química.
En la actualidad la industria farmacológica la produce en combinación con antioxidantes que garantizan su estabilidad molecular y por consiguiente, sus invalorables propiedades en la reversión de procesos de envejecimiento cutáneo, eliminación de manchas dérmicas, etc.
Esta maravilla natural, sumamente eficaz en la lucha contra los radicales libres – principales responsables de la reducción del colágeno de la piel – es excepcional protectora contra la acción de los rayos ultravioleta, la resequedad de la piel, las arrugas y la hiperpigmentación (manchas). También se ha descubierto que permite la aceleración de los procesos de cicatrización cutánea y el fortalecimiento de los capilares débiles que en ocasiones estallan produciendo hematomas o las conocidas «arañitas».
Otra de sus importantes cualidades es su capacidad de reactivar la síntesis de colágeno devolviéndole a la piel su tersura, elasticidad y luminosidad. Estos resultados son visibles desde las primeras aplicaciones en el rostro de algunas de las formas en las que se comercializa Vitamina C Pura: serums, cremas, mascarillas, gotas, etc.
Debido a que la piel naturalmente contiene vitamina C, la aplicación de Vitamina C Pura potencia la producción de elastina, refuerza las defensas contra la agresión de los elementos (sol, polución, etc.) y puede utilizarse a cualquier edad, ya que no posee contraindicaciones.
Regeneradora celular por excelencia, la Vitamina C Pura, es uno de los últimos descubrimientos de la cosmetología mundial y sus resultados justifican la fama que ha ganado en poco tiempo. Mayor luminosidad de la piel, bloqueo de radicales libres, intensificación de la producción de colágeno, protección ante las agresiones del medioambiente y eficaz reconstitución de los tejidos, son sólo algunos de los beneficios que la Vitamina C Pura puede ofrecer a través de modernos tratamientos de belleza y salud.