Vitamina C

La vitamina C es una de las más utilizadas, no sólo por su accesibilidad sino porque constituye uno de los nutrientes celulares principales de nuestro organismo. Sus múltiples propiedades han sido estudiadas durante muchos años y algunos expertos atribuyen el origen de una gran cantidad de  enfermedades a su carencia en la alimentación cotidiana.

La Vitamina C es quizá el más poderoso antioxidante que nos provee la naturaleza y un óptimo estimulador del sistema de defensas de nuestro cuerpo. Regeneradora de tejidos, cumple un rol fundamental en la absorción de hierro, contribuye al buen desarrollo de huesos y tejidos conectivos, es una poderosa fuente de prevención de alergias e infecciones y su presencia es decisiva para la formación y fortalecimiento de vasos sanguíneos.

Desde su descubrimiento, a raíz de la costumbre de los navegantes que contraían escorbuto de ingerir grandes cantidades de zumo de limón, cada día se le atribuyen más y mejores propiedades en diferentes aspectos de la salud humana como la activación de la coagulación de la sangre y por ende, en el tratamiento de hemorragias.

Su presencia en dosis adecuadas, estimadas por la Administración de Alimentos y Bebidas de los Estados Unidos en 60mg/dia, posibilita la formación de dientes y encías sanos y actualmente se estudian sus potenciales anticancerígenos cuando es administrada en cantidades superiores a los 500mg. El organismo humano (ni el animal) no sintetiza la Vitamina C, por lo que su provisión debe llegar desde fuentes externas como frutas y vegetales que la contienen en diferentes proporciones.

Como en el caso de cualquier vitamina, el excedente se elimina en la orina, sin embargo es necesario ser precavido en la ingesta excesiva puesto que podría provocar el efecto contrario al deseado por saturación del organismo y por consiguiente, éste dejará de absorber sus propiedades.

Entre sus cualidades más reconocidas y confirmadas a través del tiempo se destacan: mejora la visión y previene de enfermedades oculares como glaucomas o cataratas, fortalece el sistema inmunológico, reduce los procesos alérgicos como el asma, mejora notablemente los trastornos dérmicos como psoriasis, eccemas y dermatitis, es un poderoso cicatrizante y reconstituyente tisular empleado en el tratamiento de quemaduras y heridas, alivia los síntomas de la menopausia debido a que incrementa la producción de estrógenos, es un reconocido bactericida, laxante, fortalecedor óseo, hipotensor (disminuye la presión arterial alta), es desintoxicante, etc.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *