Vitamina C en exceso y Vitamina C carencia

Existe la creencia de que las vitaminas son benéficas para la salud y que su ingesta es inocua. Si bien esta afirmación es cierta en algún aspecto, es necesario recordar que tanto el exceso como la falta absoluta de alguna de estas sustancias indispensables para la vida, podría generar algún tipo de reacción adversa.

La vitamina C es un poderoso antioxidante, fortalecedor óseo, reconstituyente de los tejidos, cicatrizante, bactericida, etc. Pero los estudios sobre las bondades de ingerir grandes cantidades aún no son concluyentes. Recordemos que la vitamina C facilita la absorción del aluminio, que en dosis muy bajas es necesario para ciertos procesos celulares pero en niveles elevados puede resultar altamente tóxico. Si se ingieren grandes dosis de vitamina C, por ejemplo, en combinación con medicamentos como antiácidos (que contienen aluminio), se potencia el efecto de este metal en el organismo y por consiguiente sus efectos indeseados.

 

Las personas que sufren de diabetes y consumen altas cantidades de vitamina C, podrían estar expuestas a resultados erróneos en el estudio de sus niveles de azúcar en la sangre, del mismo modo que la ingesta de grandes dosis de vitamina C durante el embarazo podrían provocar una dependencia en el niño por nacer.  Por estas y otras posibles complicaciones, en todos los casos será mejor contar con el asesoramiento de un profesional antes de iniciar el consumo o una dieta rica en vitamina C.

Por otro lado, la deficiencia de esta vitamina en el organismo puede detectarse a través de la observación de síntomas como encías sangrantes, hematomas, cicatrización deficiente, piel reseca, irritabilidad, fatiga, dolores articulares, entre otros.

Una de las principales cualidades de la vitamina C es que es posible hallarla en alimentos que consumimos a diario o que son fácilmente asequibles, a diferencia de otras vitaminas cuyo único modo de incorporarlas al organismo es mediante dosis adicionales a través de suplementos dietarios.

Una dieta equilibrada en Vitamina C garantiza un mejor funcionamiento articular pues es componente primordial de tendones y cartílagos, normalización de la presión arterial, prevención de enfermedades óseas, rejuvenecimiento cutáneo entre muchas otras de las propiedades que aún sorprenden a los científicos que estudian esta maravilla de la naturaleza.

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