Mucho se oye hablar sobre las calorías, el ritmo al que se consumen y los diferentes métodos que existen para hacerlo. Básicamente, existe una regla por la cual la cantidad calorías “quemadas” por un adulto es directamente proporcional a su nivel de musculatura. Por lo tanto, una persona con mayor cantidad de masa muscular quemará más grasas que otra con menos músculos, aún cuando el tipo y cantidad de ejercicio sean iguales.
Quemar grasas no es sólo un proceso de fuerza bruta en el que a mayor cantidad de ejercicio se producen mejores resultados. Para eliminar tejidos adiposos y reducir el índice de grasa corporal, es necesario hacer una dieta y un plan de ejercicios específicamente diseñados para esta finalidad.
Es preciso hallar el equilibrio entre la cantidad y el tipo de ejercicios, combinando actividades de resistencia con rutinas de trabajo atlético-muscular. Y por supuesto, debe acompañarse de una dieta con un buen balance entre proteínas, grasas y carbohidratos, a fin de mantener el organismo nutrido, capaz de completar sus rutinas y soportar el entrenamiento.
Existen muchas clases de ejercicios útiles, pero los siguientes son algunos de los más recomendados para eliminar la grasa corporal:
- Ejercicio aeróbico: orientado a mejorar la resistencia del cuerpo, incluye carreras regulares de larga distancia, a velocidades bajas, durante lapsos prolongados (20 a 60 minutos, dependiendo la condición física).
- Sentadillas: famosas entre las mujeres para moldear muslos y glúteos. Consisten en flexionar las piernas manteniendo la espalda recta y sin sobrepasar con las rodillas las puntas de los pies.
- Abdominales: la mejor alternativa para tonificar los músculos en la zona baja del torso, es imprescindible no doblar el cuello ni forzar la zona cervical cuando se los practica.
- Crunches: variante de los abdominales con las plantas de los pies apoyadas en el suelo y las manos cruzadas en el pecho.
- Flexiones laterales: misma posición de los crunches, pero con las manos colocadas debajo de la nuca (sin empujar contra ella). Se flexiona el torso para tocar con un codo la rodilla opuesta (codo izq. – rodilla der.; codo der. – rodilla izq.)
- Elevación de piernas: boca arriba con los brazos al costado del cuerpo, las palmas apoyadas contra el suelo, se elevan ambas piernas sin flexionar las rodillas. Se sostiene la postura durante dos segundos, retrocediendo al estado anterior sin tocar el suelo y repitiendo el ejercicio.
Más allá del plan de ejercicios, es muy importante la constancia, porque sólo el trabajo continuado trae los resultados. Además, a medida que una actividad se prolonga en el tiempo, el cuerpo optimiza sus condiciones para cumplirla cada vez de forma más adecuada, acentuando sus efectos.