Clasificación de las proteínas

Las proteínas son nutrientes conformados por aminoácidos y de carácter fundamental para la mayor parte de los procesos químico/biológicos internos de los seres vivos.

Existe una gran variedad de proteínas, todas ellas con distintas proporciones y composiciones de aminoácidos, lo que determina características específicas para cada grupo proteico. El desarrollo científico y el paso del tiempo han determinado que actualmente se utilicen dos criterios básicos para clasificar los grupos de proteínas: según su conformación y según su composición. Dentro de estos dos grandes grupos, se abren algunos esquemas de subdivisión:

Según su conformación, podemos decir que hay dos clases de proteínas: las proteínas fibrosas y las proteínas globulares. Las proteínas fibrosas están concebidas a partir de cadenas formadas por polipéptidos, ubicadas en paralelo en torno a un eje que las sostiene, generando compactas y sólidas estructuras que pasan a denominarse comúnmente como láminas o fibras. Presentan una importante resistencia a los fenómenos físicos, siendo imposible disolverlas en soluciones salinas o agua (queratina, colágeno). Por otro lado, las proteínas globulares, poseen una estructura formada por cadenas de polipéptidos replegados muy cerca unos de otros, adoptando formas esférico/globulares también muy compactos pero menos resistentes. Al contrario que las proteínas fibrosas, son completamente solubles en un medio acuoso, ya que las funciones celulares que desempeñan requieren de mucha dinámica y movilidad. Los ejemplos más típicos de estas proteínas son las enzimas, las hormonas y los anticuerpos.

Según su composición, las proteínas pueden dividirse en otros dos grupos fundamentales, conocidos como proteínas simples y proteínas conjugadas. El primero de ellos agrupa las proteínas que, sometidas al proceso de hidrólisis, generan solamente aminoácidos. En el segundo se encuentran las proteínas que sometidas al proceso de hidrólisis, además de producir aminoácidos dan origen también a algunos compuestos orgánicos o inorgánicos que se denominan “grupo prostético”.

Debido a esto, las proteínas conjugadas tienen su propia subdivisión en función de su grupo prostético. Dicha clasificación reparte las conjugadas en glicoproteínas (poseen azúcares en su estructura), lipoproteínas (conjugadas con lípidos en las membranas celulares), nucleoproteínas (unidas a un ácido nucleico, tal como en virus, cromosomas y ribosomas), hemoproteínas o cromoproteínas (poseen dentro de su estructura un grupo “hem”, como las mioglobina, hemoglobina y algunas enzimas), glucoproteínas (glucosa) y metaloproteínas (contienen uno o más iones metálicos dentro de su molécula, ej: enzimas).

Aceite de Onagra

El aceite de Onagra es una sustancia extraída de las semillas de una flor nativa de Norteamérica, su nombre popular es “prímula”. Se utilizan dos tipologías de la misma: Oenothera biennis y Oenothera lamarkiana, ambas encuadradas dentro del género Oenotherae, parte de la familia de las onagráceas, perteneciente al orden de las mirtifloráceas.

Los indígenas de Norteamérica eran expertos en las propiedades de la prímula, empleando sus características para solucionar problemas de la piel, mejorar y eliminar afecciones asmáticas o inclusive curar heridas, siempre mediante una infusión elaborada con agua caliente.

Entre las sustancias que posee la prímula se encuentran dos ácidos grasos esenciales el cuerpo no es capaz de generar por sus propios medios: el ácido gamma-linolénico y el ácido linoleico. Entre sus funciones figuran: el aislamiento de terminales nerviosas, la regulación térmica (estabilizar la temperatura corporal), la asimilación metabólica, la formación de células y la materia prima en la fabricación de prostaglandinas.

Las importantes cantidades de ácido linoleico y gammalinolénico que proporciona este aceite, provoca una gran variedad de efectos positivos en el funcionamiento del organismo humano.

Algunas de las consecuencias más positivas derivadas del uso de aceite de onagra:

  • Potenciación de la insulina
  • Control sobre la proporción de grasa cutánea
  • Prevención contra sustancias inflamatorias
  • Normalización y estabilización de secreciones salivales/lacrimales
  • Fortalecimiento del sistema inmunológico
  • Prevención contra la formación de trombos y coágulos
  • Vasodilatación
  • Normalización de la producción hormonal femenina durante la menstruación

Este aceite tiene un poderoso desempeño contra las afecciones cardíacas (incluyendo cuadros de hipertensión y trastornos vasculares) gracias a que muestra excelentes resultados a la hora de evitar coágulos o conseguir un efecto vasodilatador. También es una excelente herramienta para prevenir la trombosis.

Gracias a su capacidad para estimular el funcionamiento de las terminales nerviosas, la normalización de los impulsos nerviosos, la inhibición en la formación de coágulos (por ende, en la formación de plaquetas) y la estimulación del sistema inmunológico, otro escenario patológico en el que resulta muy efectivo es la esclerosis múltiple.

Finalmente, es importante resaltar su utilidad frente a patologías que incluyen procesos inflamatorios (artritis reumatoide entre otros), cuadros de diabetes (intensifica los efectos de la insulina) y problemáticas con el pelo y la piel (caspa, caída del cabello, rotura recurrente de uñas, sequedad en los ojos, etc.). Además, contribuye a amortiguar el impacto del síndrome premenstrual (mala predisposición, fatiga generalizada, retención de líquidos y dolor en los pechos entre otros).

Mujer y menopausia: Aceite de Onagra

La menopausia es considerada como una etapa en la vida de las mujeres, cuyo comienzo es identificable por la interrupción definitiva del ciclo menstrual. Sus causas y consecuencias son múltiples, estando ampliamente relacionada con diferentes aspectos fisiológico/hormonales. Se trata de un complejo y prolongado proceso que forma parte del desarrollo femenino y no de una enfermedad o patología.

Generalmente, se inicia en forma silente cuando se cruza la barrera de los cuarenta y cinco años, momento en el que generalmente el ciclo de menstruación pierde regularidad en forma notoria debido a que los niveles de progesterona y estrógeno se ven fuertemente disminuidos. Estas dos hormonas son determinantes para la salud del aparato vaginal, el funcionamiento adecuado del útero, la regularidad y normalidad de los ciclos menstruales y por consiguiente, el éxito de un embarazo.

Se sabe además que, fuera de estas causas naturales, la menopausia puede ser ocasionada en algunas personas por un uso continuado de medicamentos anticonceptivos e inclusive por determinadas clases de cirugía (caso típico el de la histerectomía y la ooforectomía, extirpación de útero y ovarios respectivamente). En estos casos, la edad y desarrollo de la afectada quedan en un segundo plano, produciéndose el proceso independientemente de estos factores.

La etapa menopáusica tiene un paso previo conocido como pre-menopausia, durante el cual los síntomas típicos (fatiga generalizada, ánimo irascible o inestable, sofocos, aumento de la temperatura corporal, sudor nocturno) aparecen con poca intensidad. Una vez concluida la pre-menopausia, generalmente la mujer comienza a sentir los mencionados síntomas más claramente debido a la progresión descendente en la actividad de los ovarios y en la producción de estrógeno.

Este cuadro puede llegar a evolucionar en forma preocupante, entrañando riesgos para la mujer menopáusica (cáncer de mamas, problemas cardiovasculares, osteoporosis) si no ejerce un tratamiento consistente. Ante este panorama, muchas personas han buscado alternativas naturales que eviten los conocidos THS (Tratamientos Hormonales de Sustitución), contraindicados en gran cantidad de casos.

El aceite de onagra forma parte de lo que se denomina como fitoterapia o el uso de las plantas medicinales y sus propiedades como  medio para el tratamiento médico. Aporta tanto Omega 3 (al igual que las semillas de lino, el cáñamo, el germen de trigo) como Omega 6 (aceite de lino, borraja),  muy útiles para mantener el equilibrio en la producción de hormonas, conservar las propiedades de la piel intactas y contener el aumento del colesterol y los triglicéridos.

Onagra para el acné

El acné es una afección inflamatoria típica de la etapa de la pubertad del ser humano, ocasionada por la infección bacteriana de la piel debido al mal funcionamiento de las unidades pilo-sebáceas (folículo piloso más glándula sebácea). Por lo general, la afección retrocede con el paso de los años hasta que se normaliza el funcionamiento fisiológico y la respuesta hormonal. Pero a pesar de tener en la pubertad su etapa de desarrollo más común, es factible que se mantenga durante un largo tramo de la adultez, ya que resulta imposible predecir por cuánto tiempo el cuerpo responderá de manera inadecuada a los niveles de testosterona que registra.

El paso de los años sin que la medicina tradicional pueda aportar soluciones efectivas y seguras, ha llevado a profesionales de la medicina alternativa (e incluso de otras disciplinas no relacionadas directamente con el tratamiento médico) a indagar sobre el origen emocional de esta patología. Según Joan Cano, aromaterapeuta y fabricante de cosméticos naturales, “La piel representa la barrera con el mundo exterior y participa, directamente, en el tipo de relación que tenemos con nuestro entorno. El acné es la representación de la duda sobre uno mismo. Para protegerse del mundo externo la piel cierra todas sus puertas (los poros), se «engrasa» para que todos los problemas, reales o imaginarios, resbalen sobre ella. Esto provoca que la piel se asfixie con sus desechos, se inflama y las emociones retenidas «pudren» el área (ira, resentimiento y miedo)[…]”

Por fuera del trabajo consciente sobre la asimilación de emociones y el desarrollo social, también es posible recurrir a soluciones naturales de excelente resultado. Una de ellas es el aceite de onagra, reconocido ampliamente por sus capacidades anti-inflamatorias y su aporte de ácido gamma-linolénico. La ingesta de este aceite obtenido a la primera prensa en frío le da propiedades adecuadas para contener la acumulación de grasa en la piel, regular la producción hormonal y normalizar la reacción del cuerpo ante la testosterona.

Complementariamente se puede utilizar una gama muy amplia de acciones naturales como la ingesta de bardana (depurador de la piel), la aplicación externa y regular de mascarillas de arcilla (absorbe la humedad, desinfecta la zona y evita la formación de sustancias tóxicas) y una reestructuración de la dieta habitual, recortando lo más posible el consumo de lácteos (yogurt, leche, queso), las bebidas alcohólicas y alimentos con una proporción de grasas bastante alta (chocolates, embutidos, algunos tipos de carne roja).

Propiedades de la onagra

La prímula es una flor originaria de América del Norte, utilizada principalmente por los nativos de esa zona en forma de infusión al agua caliente para la curación de heridas, tratamiento de inflamaciones varias, depuración de la piel y solución de afecciones respiratorias como el asma. De esta otrora planta sagrada para los chamanes de Norteamérica se extrae el aceite de onagra, un líquido sumamente beneficioso en diferentes formas para la salud humana, sobre todo si se lo obtiene a partir de una sola prensa en frío de las semillas de prímula. Su uso está muy extendido en varios campos de la medicina.

Su aporte de dos ácidos grasos esenciales (ácido linoleico y ácido gamma-linolénico) contribuye a mejorar de forma notable los niveles de colesterol y triglicéridos, la estabilidad de la temperatura corporal, la metabolización de alimentos, el nivel de grasa producido por la piel, la calidad estructural de muchos tipos de células y la fabricación de prostaglandinas. También actúa intensificando los efectos de la insulina en los diabéticos, potenciando tratamientos de esta clase notablemente.

En otro orden, es muy útil para contrarrestar los efectos de enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide, aliviando notablemente el padecimiento de personas con esta clase de afecciones. Estas propiedades también favorecen la vasodilatación, de forma que en patologías cardiovasculares es muy efectiva para disminuir los cuadros de hipertensión y los trastornos vasculares.

Por otro lado, es un inhibidor natural en la formación de coágulos y trombos, por lo que sirve para prevenir los problemas de la esclerosis múltiple y la trombosis. Estimula de forma notable las terminales nerviosas, estabiliza los ciclos y las características de los impulsos nerviosos y es particularmente efectivo contra el agregado de plaquetas.

Funciona como estimulante del sistema inmunológico, por lo que su ingesta regular durante épocas invernales es un método efectivo contra la contracción de resfríos, afecciones respiratorias y enfermedades pulmonares, casi siempre ocasionadas por condiciones climatológicas adversas que restan capacidad al sistema de auto-defensa del cuerpo humano.

Finalmente, es importante resaltar sus capacidades contra las enfermedades de la piel como el acné, los problemas del cabello (caída prematura o desmedida, caspa) y los síntomas más duros del ciclo menstrual y su etapa previa, como el dolor de ovarios por inflamación, la molestia en glándulas mamarias, la retención de líquidos, el ánimo inestable/irascible y/o la fatiga física excesiva.