Propiedades de la Jalea Real

La jalea real es el alimento producido por las abejas obreras más jóvenes para alimentar a las larvas de abeja hasta la madurez  y a la “abeja reina” durante toda su vida.

Su composición química revela un 60 a 70% de agua, acompañada por pequeñas cantidades de ácidos grasos insaturados, hidratos de carbono y azúcares. Contiene importantes proporciones de vitamina E y vitaminas del grupo B (B1, B2, B6, B5 y B8), minerales (cobalto, silicio, cinc, hierro y calcio), aminoácidos y sales.

Una de sus propiedades más conocidas es la de mitigar los efectos del stress, mejorando la capacidad de concentración, el desempeño del sistema nervioso y el estado de ánimo general, y contribuyendo a revertir estados de fatiga generalizada. Muestra además una importante presencia de acetilcolina, beneficiosa contra el mal de Alzheimer y la esclerosis múltiple.

Algunos médicos aseguran también que la jalea real estimula la fisiología humana en general, mejorando notablemente cuadros de trastorno nutricional e inapetencia. También son conocidos sus efectos positivos sobre la actividad intelectual, la resistencia física y el sueño.

También se le reconoce a la jalea real su capacidad de regular la actividad hormonal, muy útil en el tratamiento de los sofocos femeninos, el síndrome premenstrual y menstrual, las irregularidades en los ciclos de menstruación y otros síntomas característicos de la menopausia. Algunos terapeutas naturistas coinciden también en la efectividad de la jalea real contra la impotencia masculina y la infertilidad de ambos sexos.

La jalea real es también rica en compuestos gelatinosos, precursores del colágeno, proteína básica de la piel, aportándole elasticidad, resistencia y firmeza. Para la producción de colágeno son necesarias cantidades suficientes de gelatina, por lo que la ingesta de jalea real colaboraría en mantener estas reservas en niveles adecuados.

Otra de sus comprobadas y valiosas propiedades es la efectividad de la jalea real en los tratamientos de pacientes con diabetes: tres horas después de la ingesta de una dosis adecuada, los azúcares presentes en la sangre se reducen en un tercio.

Eficaz en los procesos de recuperación por enfermedades hepáticas o pancreáticas, estimuladora de la producción de glóbulos rojos, tonificante de los tejidos, antiséptica y antiinflamatoria, revitalizante celular, son algunas de las propiedades que hacen que la jalea real se encuentre entre los nutrientes más apreciados en la actualidad.

Dietas para Adelgazar

En una sociedad que hace un culto de la belleza corporal, las dietas para adelgazar son prácticamente un pasaporte a la felicidad. Sin embargo es necesario tomar ciertas precauciones para que la alimentación sea sana y equilibrada, pues los resultados sobre la salud podrían ser nefastos.

Es una preocupación innata en el ser humano, buscar todos los medios para lograr prolongar la juventud, la belleza y por ende, conseguir la aceptación de un entorno que privilegia esos valores por encima de otros.

Los medios masivos de comunicación, el consumismo y otras tendencias humanas, son en parte responsables de esta carrera desmedida por la delgadez a cualquier precio, sin tener en cuenta que la reducción de peso corporal es posible a través de medios saludables, con estrictos controles médicos y resultados más duraderos en el tiempo.

Existen a nuestro alcance infinidad de dietas parabajar de peso rápidamente, algunas con devastadores efectos sobre la salud. Entre las más populares podemos mencionar la dieta de la luna, de la alcachofa, de la pasta, del yogurt,  antiestrés, de la pizza, del agua, del jarabe de arce y una larga lista de etcéteras.

Si bien es cierto que muchos de estos planes dietarios extremos dan resultados a corto y mediano plazo, los efectos de rebote son frecuentes y en ocasiones los daños a procesos vitales como la metabolización de los nutrientes, o episodios de anorexia y bulimia, etc., son irreversibles si no se detectan a tiempo y se tratan con responsabilidad.

Una vecina, un amigo, un ocasional compañero de gimnasio, siempre están dispuestos a sugerir tal o cual dieta con frases como “yo la probé y me funcionó perfecto”, “yo la hice sin problemas”, “sus resultados son rápidos”, “no es necesario pasar hambre durante una dieta”. Y más de un incauto es presa fácil de estas falsas ideas.

El éxito o fracaso de un plan dietario está íntimamente relacionado con las características propias de cada persona. No todos asimilamos por igual, no todos metabolizamos de la misma manera, nuestras actividades cotidianas son bien diferentes al igual que las cargas genéticas que traemos desde el nacimiento.

Mantener un peso aproximado al ideal en cada etapa de la vida, sin dudas redunda en importantes beneficios para la salud integral de cada individuo: movilidad corporal, niveles óptimos de tensión arterial, disminución de la carga sobre el frágil sistema óseo y de los porcentajes de colesterol en la sangre, etc. Pero todos estos beneficios sólo serán posibles si un profesional médico analiza y recomienda un plan dietario personalizado y monitorea los resultados. Aunque más lentos, los  beneficios se prolongan en el tiempo y mejora considerablemente la calidad de vida.

 

Dietas Saludables

Durante muchos años la palabra “dieta” estuvo casi indisolublemente ligada a la “prohibición” y se difundió la idea de que bajar de peso era una tarea que demandaba gran esfuerzo, autocontrol y conducta para llegar a resultados medianamente aceptables. Así, una gran cantidad de hombres y mujeres asumieron que adelgazar era sinónimo de “hambre”.

Estudios nutricionales de las últimas décadas demostraron que estas teorías no sólo eran absolutamente falsas sino que podrían producir el efecto contrario al buscado: la angustia, los deseos reprimidos y la depresión, eran capaces de ocasionar un aumento en el porcentaje de grasa corporal en una clara señal de alerta y previsión por parte del organismo.

Así comenzaron a surgir innumerables dietas con los nombres más curiosos y las promesas más inciertas: ovo-lácteo vegetarianos, hipocalóricas, hipercalóricas, altas en proteínas, hipoproteicas, sin grasas trans, sin hidratos de carbono, con hidratos de carbono. En fin, sería imposible enumerar todas las dietas que existieron y existen.

La nutrición moderna se ha ocupado de desmitificar algunas creencias vinculadas a las dietas y a promover una alimentación saludable que permite reducir los niveles de grasa corporal, sin sacrificio, sin hambre y lo más importante, con resultados que se sostienen en el tiempo mejorando la calidad de vida y las relaciones interpersonales en general.

¿Qué es una dieta saludable? Aquella que contiene todos los nutrientes necesarios para esa etapa de la vida en particular, atendiendo a la contextura física, a la predisposición genética, a los hábitos y actividades de cada individuo, sin descuidar ningún segmento de la pirámide alimenticia, con moderación y en base a objetivos claramente definidos.

Es obvio que comer sólo una manzana por día nos hará reducir el peso corporal, pero ¿a qué precio? Las modernas tendencias en materia de nutrición se inclinan por permitir una alimentación amplia pero en cantidades reducidas y métodos de preparación saludables. Reducir las grasas, los azúcares, los hidratos de carbono y los almidones complejos, es un primer paso para equilibrar el peso sin necesidad de reprimirse o sufrir.

En nuestros días también se le da gran importancia a la actividad física como un medio eficaz de tonificar el sistema muscular, fortalecer la estructura ósea y quemar grasas acumuladas innecesariamente. Una buena rutina de gimnasio o una caminata de buen ritmo por treinta minutos cada día, pueden obrar milagros en cualquier silueta.

 

Dietas Hipocalóricas

 

Uno de estos programas es conocido como «dieta hipocalórica«, que como su nombre lo indica es un método de alimentación que pone especial énfasis en la cantidad de calorías ingeridas. Sus resultados son buenos si se realiza minuciosamente y no se descuida la ingesta de nutrientes esenciales para la salud.

 

Los protagonistas por excelencia en un plan de dieta hipocalórica son los vegetales y las frutas, por su bajo aporte calórico y su valiosa carga de fibras, vitaminas y minerales. Sin embargo otros alimentos también son considerados, aunque en cantidades más reducidas.

A diferencia de otras estrategias de alimentación para bajar de peso, la dieta hipocalórica no desecha algunos alimentos que muchos podrían pensar que son nefastos para una buena silueta como los, huevos, lácteos, los azúcares e hidratos de carbono. Una buena dieta hipocalórica reconoce que son constituyentes esenciales de un buen equilibrio alimenticio y por ende deben consumirse con moderación.

El riesgo que entraña una dieta hipocalórica es la aparición de efectos relacionados con la reducción de energía a nivel general del organismo derivada de la escasa ingesta de alimentos más energéticos. Pero esto puede revertirse si no se descartan por completo aquellos nutrientes que brindan energía suficiente y se acompaña el programa con una cuidadosa actividad física. De esta manera se compensa la ingesta de calorías con su eliminación a través del ejercicio.

Las dietas hipocalóricas están especialmente recomendadas para las personas que recientemente comenzaron a aumentar de peso, y para controlar algunas patologías como el colesterol elevado, diabetes, hipertensión, etc. Su principal ventaja es que con el asesoramiento de un profesional de la salud, los resultados son concretos, continuos y en poco tiempo.

Es importante también recordar que el modo de preparar los alimentos reviste especial importancia: preferir como método de cocción las preparaciones horneadas o al vapor en lugar de las frituras y las grasas. Abundantes frutas y verduras, cereales, lácteos descremados, e hidratos de carbono con moderación, si se acompañan con actividad física, constituyen una forma saludable de bajar de peso.

Dietas Por Intercambio

Existen dos tipos de dietas: dietas por menú y dietas por intercambio. Las primeras son aquellas que están diseñadas según una serie de alimentos fijos, por lo general distribuidos a lo largo de la semana, y constituyen una de las formas más comunes de planificación alimenticia para bajar de peso. Las dietas por intercambio son, a diferencia de las anteriores, programas elaborados a partir del aporte específico de un determinado grupo de alimentos y la posibilidad de combinarlos libremente.

 

Más personalizadas y modernas, las dietas por intercambio suelen ser elaboradas por profesionales nutricionistas en atención a todos los factores que conforman a un individuo: edad, objetivos buscados, antecedentes clínicos de alguna patología, contextura física, etc. Más saludables y efectivas a mediano y largo plazo, las dietas por intercambio requieren una gran preparación por parte del paciente a fin de poder elaborar sus propios platos, de la manera que mejor le plazca.

Una dieta por intercambio no determina qué alimento específico debe consumirse en cada momento del día (desayuno, almuerzo, merienda, cena y colaciones). Por el contrario, ofrece una amplia gama de opciones dentro de un mismo grupo, las cuales podrán ser combinadas a gusto y posibilidad de cada persona obteniendo los mismos resultados. Una dieta por intercambio establece una tabla de equivalencias, según las necesidades que cada persona presenta, para que los alimentos puedan ser combinados con libertad manteniendo la misma oferta calórica.

Las dietas por intercambio son muy flexibles y permiten que cada individuo adapte mejor su alimentación sin descuidar sus hábitos laborales o familiares, sin sobreexigir su presupuesto y sin sentir frustración por no poder “ajustarse” a lo que requieren las dietas por menú. Según sus actividades de cada día, cada uno puede determinar qué alimentos puede ingerir, sin temor a “salirse” de una dieta más estricta.

La flexibilidad, libertad para elegir alimentos, posibilidad de adaptar horarios, aprovechar la estacionalidad de los ingredientes y no atentar contra la economía personal, son las principales ventajas de encarar un plan de dieta por intercambio. Como desventaja podríamos mencionar que requiere el deseo de aprender a combinar alimentos por parte del paciente y cierto entrenamiento sobre las características nutricionales de cada uno de ellos.

Los resultados de una dieta por intercambio, llegan a convertirse en auténticos cambios de hábitos en la manera de comer y por lo tanto son altamente efectivas en el tiempo y los resultados comienzan a percibirse a mediano plazo. Una alternativa saludable para bajar de peso, sin sacrificios ni imposiciones.